14 ene 2015

“Reposo”




Inmenso mar que lames las arenas
doradas de la playa
y cubres con tu espuma
ese cuerpo, su cuerpo,
que se entrega sumiso,
a tus vaivenes:
Acaríciale; colma su rostro
con tus salados besos.
¡Pero no te lo lleves!
No escuches de sus labios
la plegaria que clama.
Que pide le sumerjas,
  en busca de reposo,
en un lecho de algas.
¡No te lo lleves: Mar!
Déjalo ahí, en la orilla.
Esperando que el sol,
que ya despunta,
le devuelva  con su calor
y   brillo: La esperanza.
Y tú y él, al unisonó,
decidle que en la tierra:
Hay caricias y besos.
Hay unos firmes brazos.
Hay un amante lecho
donde encontrar reposo. 
En el que cobijarse.
Que busque un puerto amigo.
¡Que allí me encontrara!



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